He tenido la oportunidad de estar en un Marae, que es un lugar sagrado para la cultura Maorí, lugar de reunión y de ceremonias, donde se habla su lengua y se practican sus costumbres. Significa también espacio libre, abierto y despejado y ciertamente es lo que parece, una casa abierta sin puertas, donde se reunían y compartían. Aquí solían vivir todos juntos y revueltos en una enorme comunidad.
Lo que significa es que para asistir a este acontecimiento, junto con las otras estudiantes internacionales tuvimos que presentarnos, cantar una canción en maorí, y saludar uno a uno a todos los miembros del Marae juntando nuestras narices con ellos, como es costumbre. En agradecimiento llevamos comida típica de nuestro país y una planta, ya que ellos están muy unidos a la naturaleza. Debo decir, que fue toda una experiencia y que tuve mucha suerte de poder ir, ya que era la primera vez que el colegio invitaba a un asistente de idiomas como yo.
Para presentarnos tuvimos que aprendernos el Mihi, donde lo último que se hace es decir tu nombre.
Mihi
Tena koutou katoa.
Ko (mountain name) te maunga.
Ko (river name)
te awa.
Ko Otago Girls’ toku kura.
Ko (father’s name) toku papa.
Ko (mother’s name) toku mama.
Ko (family name) te ingoa whanau.
No (country name) ahau.
Ko (first/given name) toku ingoa.
Tena koutou katoa.
Y aquí tenéis un enlace de la canción que tuve que aprenderme, cantada por el equipo nacional de rugby los All blacks
De la primera parte de todo este ritual no pudimos sacar fotos, pero después del almuerzo, hicimos algunas actividades con ellos, como talleres, donde nos enseñaban parte de su cultura. Pero primero el almuerzo, con comida multicultural, sobre todo de origen asiático, porque la mayoría de las estudiantes internacionales son de Asia. Aunque también se pudo ver durante breves instantes una tortilla española que desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Después de llenar el estómago, nos dividimos en grupos para ir pasando por todos los talleres. El primero fue realizar un "Poi" una especie de kariocas pero más cortas, con las que realizan un baile basado en balanceos que también se llama poi, igual que el instrumento.
Otro de los talleres, era aprender a realizar ritmos con unos palos de madera. Este fue el taller que más me gustó.
En el siguiente taller nos enseñaron los pasos básicos para combatir con otras tribus. Una especie de artes marciales con palos al estilo maorí.
Y por último, nos enseñaros a hacer una flor con la hoja de una planta que también es sagrada y que hay que bendecir antes de cortar y cada vez que se toca hay que lavarse las manos. Que para nosotros viene a ser como la hoja de palma.
Y el resultado fueron todas éstas bonitas flores.
Y colorín colorado éste cuento se ha acabado.